lunes, 8 de octubre de 2012

el diabolo

El diábolo es una de las modalidades más fáciles para iniciarse en el malabarismo. En pocos minutos conseguimos tenerlo bailando correctamente sobre la cuerda, y después de una pequeña sesión de correcciones de las desviaciones podremos lanzarlo muy alto y recogerlo, así como pasarlo a los compañeros o usarlo para tratar de encestar en algún objetivo.
El diábolo se mantiene sobre la cuerda porque está girando. Buscaremos siempre una elevada velocidad de giro a partir de la impulsión con uno de los palitos, mientras que el otro facilita el movimiento. No hay que olvidar hacerlo rodar previamente en el suelo para que al subirlo no se tuerza o caiga.
Los espectáculos de diábolo más sencillos consisten en lanzarlo lo más alto posible y recepcionarlo de alguna forma acrobática o por la espalda. Muchos de los malabaristas entre el lanzamiento y la recepción suelen dar varios saltos de comba usando los palitos y la cuerda; otros juegan con el público haciéndoles pronunciar algún monosílabo en la subida y otro en la bajada. Los espectáculos más complejos constituyen un baile con el practicante en el que el cuerpo del mismo toma un elevado protagonismo.
Muchos malabaristas manejan dos diábolos a la vez y recientemente se han visto malabaristas con tres y cuatro diábolos.
Es un material muy motivante para la iniciación debido a su sencillez en la consecución de los primeros objetivos.
Es muy difícil fabricar un diábolo casero que tenga un buen equilibrio, por lo que se recomienda su compra. Los diábolos aconsejados tendrán el eje de acero y será tan ancho que debe ser posible darle un par de vueltas con la cuerda sin que ésta se monte.
El diábolo consta de dos cuencos y un eje, por donde pasará la cuerda. Esta cuerda va sujeta a dos palitos.
El diábolo se caracteriza por que solo trabaja una mano, a la que llamaremos mano hábil. La mano no hábil, se mueve en función de los movimientos de la mano hábil, dejando o recuperado cuerda (para que el diábolo pueda realizar figuras o bien para que no choque con el suelo).
La mano hábil determina el sentido de giro del diábolo : un diestro lo hará girar en sentido contrario a les agujas del reloj (un zurdo, en el sentido de les agujas del reloj).
  • El sentido de giro del diábolo nos marca el mejor sentido para hacer las figuras (si los dos sentidos no coinciden el diábolo perderá velocidad y se frenará, liándose con la cuerda alrededor del eje).
  • El diábolo precisa de una constante aceleración, pues con cada figura éste pierde velocidad (así pues, será necesario volver a acelerarlo después de cada sucesión de figuras).
El diabolista debe mantener siempre su orientación respecto al eje del diábolo; el ombligo del diabolista estará siempre enfrente del mismo cuenco del diábolo, de modo que éste (el ombligo) y el eje estén siempre alineados.
  • Cuando el diábolo se desvíe lateralmente (hacía la derecha o la izquierda), el diabolista girará con él, con tal de recuperar la orientación respecto al eje.
  • Las desviaciones del diábolo hacia delante y hacia atrás, se rectifican con la mano hábil; adelantándola o retrasándola respecto la mano no hábil.
Las dimensiones del diábolo afectaran tanto a su velocidad como a su equilibrio. Así, un diábolo pequeño girará muy rápido, pero tendrá poco equilibrio (al contrario que uno grande).
La medida de la cuerda es personal. Pero como a referencia, podemos decir que la medida correcta se corresponde con la distancia que hay entre el suelo y el pecho del diabolista. Los ejercicios que presentamos a continuación, tienen como objetivo familiarizarnos con el manejo del diábolo y probar algunas figuras de las típicas (como los lanzamientos, el ascensor o el látigo).

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